Clara Rincón se mueve en el espacio de su sombra y hasta a veces se confunden. Transparente, lívida como el aire que le despega vueltas de su cara y vacía sus ojos hasta dejarlos sin expresión alguna, azorada en el pulso de las olas que la devoran siempre, siempre bajo su enagua y descalza, desliza manos sobre sus sueños de ser mujer.
jueves, 5 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario