Por las noches se oculta en los parapetos de un vacío acantilado acariciando el mar con sus ojos, devora las noches de sombras y cristal en sus pupilas, las manos le tiemblan al escurrírsele la vida por las fosas nasales. Sí, Clara Rincón es cocainómana de nacimiento, y toma anfetaminas para ver morir el sol de su niñez en el umbral de sus sombras. Clara Rincón se hace milímetro a milímetro una tumba siempre abierta.
jueves, 5 de julio de 2007
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