miércoles, 1 de agosto de 2007

Clara Rincón 12





A los cinco años sale de casa por vez primera acompañada de su madre. La cuerda le tira, le oprime los párpados y con sus gafas de doble concha empaña los cristales de todos los escaparates. Se para frente a uno y se alza de puntillas para poder ver mejor. Se acerca tanto que el cristal y Clara se hacen amigos inseparables. De pronto todo se hace negro y de Clara no queda más que una masa deforme estirándose y alargándose, creciendo y menguando, un átomo más de aquel escenario mientras su madre tira de la cuerda… Clara se hincha y encoge varias veces como un globo hasta que al final revienta esparciéndose en diminutos confetis por el desagüe.


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